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Patricia Ros, de “Planet Youth”:

 

“Los padres son el principal factor de prevención para sus hijos, y no el colegio”

“Tocar el tema de las drogas y el alcohol no se puede dejar para cuando los adolescentes ya han entrado en contacto con ellas. A los 13, 14 años ya llegamos tarde. Los modelos más eficaces comienzan a los 8 años. Los padres se tienen que dar cuenta de que ellos son el principal factor de prevención para sus hijos y no el colegio”, dice Patricia Ros, española, psicóloga clínica por la Universidad de Barcelona, y quien ha dedicado su vida a los temas de la prevención y rehabilitación de drogas y alcohol. Antes de dedicarse a la prevención, Patricia Ros trabajó durante 10 años en un centro de rehabilitación de drogodependientes de la heroína. Trabajaba con terapias individuales, de grupo y familiares.

 

Como experta ha participado en numerosos seminarios y jornadas internacionales en el campo de la prevención comunitaria y también de reducción y prevención de riesgos, y hoy es la encargada de promover en Chile un exitoso modelo originado en Islandia y cuya coordinación en el país estará a cargo de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile.

El modelo, bautizado como "Planet Youth",  ya se ha implementado con alta efectividad en 30 países europeos y promete disminuir los altos consumos de sustancias entre los adolescentes, a través de una estrategia de prevención comunitaria.

Siempre se ha hecho prevención. ¿Por qué este modelo sería diferente y mejor que los demás?

-Porque la prevención siempre se ha tratado de manera aislada y no colaborativa. Si en el colegio a los niños les dicen que el alcohol está prohibido, pero luego esos niños se emborrachan en su casa y sus padres no les dicen nada, estamos mal. A lo que apuntamos con este modelo es que todos los adultos que rodean a un niño sean un buen patrón. En Islandia se consiguió que la sociedad se diera cuenta de que todo lo que hace un agente de salud es preventivo en sí mismo, y todos están involucrados: padres, profesores, vendedores de almacenes, farmacéuticos, hasta los bomberos. Todos son agentes de prevención y están atentos.

¿Cuán difícil es implementar eso en Chile?

-Es un trabajo arduo porque como son muchos los agentes involucrados, se diluyen los protagonismos, quién se saca la foto, quién se lleva la medalla. No hay solo un protagonista en este modelo. Además, las familias no colaboran mucho con las escuelas. Las asociaciones de padres van por un lado, el equipo directivo va por el otro. Muchas veces los padres no respetan a los profesores, y eso en Islandia sí se consiguió y sí ha significado una gran diferencia. De nuevo: la única manera de hacer prevención efectiva es que se haga de manera comunitaria y en colaboración. Allá tienen un contrato, donde el colegio se compromete a hacer una serie de cosas y las familias otras. Hay derechos y deberes para ambos lados. Y que se deben cumplir.

Este modelo también nos aporta con datos empíricos de cada clase, cada colegio, cada familia de ese colegio, así los padres no pueden decir: no, si eso no nos pasa a nosotros. Y al tener esos datos reúnen a los padres para darles los resultados y ver cómo y qué se puede mejorar y fortalecer, en qué se está fallando, etcétera. La comunidad tiene que sentir suyas las cosas que les están pasando y las soluciones. Hay que implicarse, hacer un tejido asociativo que soporte iniciativas que vayan en favor de los niños.

¿Qué otro factor ha sido importante para el éxito en Islandia?​

- A los adolescentes les decimos: no consumas. Pero eso no resulta, hemos visto que esas campañas no son eficaces. Tienen que ser modelos multicomponentes. El adolescente no tiene el cerebro suficientemente maduro como para tomar una decisión responsable en un momento en que está con los amigos, en que hay presión de grupo. El problema no lo tiene el adolescente, el problema lo tiene el padre que permite que su hijo se exponga a situaciones de disponibilidad de drogas y alcohol. Sentido común, por favor: mientras más disponibilidad de alcohol hay y más horas esté ese niño dando vueltas en la calle de noche, mayor probabilidad de consumo hay. Ese el cambio que se hizo en Islandia.

¿Cómo juntamos la prevención con la integración de hombres que ya han salido de la dependencia, que es lo que hacemos en la Corporación Mañana?

-Los padres que fueron consumidores pueden tener hijos más vulnerables, por lo que sí tienen que haber programas de prevención selectiva que van dirigidos a poblaciones más frágiles. En este sentido, es importante que la Corporación Mañana realice prevenciones del tipo contextual, de largo plazo, para no repetir historias: que trabaje la prevención en recaídas, en mejorar las dinámicas familiares, en la reconstrucción de habilidades que se habían perdido, en habilidades para la vida y en competencia laborales.

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